miércoles, 21 de agosto de 2013

Pensar es mala idea

Así, como cuando las mujeres cuando se sienten sensibles durante el mes,  la soledad es hermosa por ratos y también horrible por otros. Solo somos nosotros y nuestros pensamientos y, al igual que esos malos amigos, nuestras ideas e intenciones pueden ser la mala compañía ya que únicamente en la soledad nos damos cuenta de lo que somos capaces de tramar, hacer y, por qué no, también lo que podemos dejar de hacer. De esta manera, somos capaces de realizar cosas inimaginables y que de hecho no haríamos si estuviésemos acompañados o, al menos, algo entretenidos. Como es la idea de ver el canal del congreso y no sentirse mal, creer que los casos de Laura Bozo son reales, que se divierta con partidos de ajedrez por radio, amar al prójimo más que a uno mismo, descubrir detalles como que el pulgar mide igual que nuestra nariz y que la mayoría de las bodegas están pintadas de verde y una infinidad de acciones que desembocan en un gran ¿A dónde me llevó el aburrimiento?

A pensar...


Aveces utilizar el cerebro es mala idea es mala idea, por eso hay gente que se ve tan tranquila en alegre ignorancia. Pensar nos lleva  a intentar comprender lo que no podemos: el universo, la muerte,y peor aún, a las demás personas. Y la lista de cosas inteligibles se extiende hasta hacerse interminable, como la de Schindler, o como la de algún desgraciado que medita su venganza.

Es más o menos en este predicamento que podemos intuir que algo en nuestra vida no está yendo correctamente como cuando, en nuestra pantalla de la computadora, aparece "teclado no instalado" y esta al mismo tiempo nos da una solución al problema con la condición de que "presione cualquier tecla". "¿Windows, te estás burlando de mí?" Pero no hay respuesta, solo el silencio y una vez más parece que el que calla, otorga.

¡Ay! no hay peor enfermedad que sentirse solo rodeado de gente ni peor locura que sentirse acompañado cuando no hay nadie. Para la gravedad de esta situación uno se encuentra lo suficientemente cuerdo como para saber que no hay nadie y lo suficientemente sano como para saber que ninguno tiene intenciones de acompañarlo. Frente a esto uno termina perdiendo el juicio, sentenciando nuestra conciencia a la inyección letal porque estar cuerdo simplemente aburre; o quizás  leer Hamlet ha envenenado su espíritu ,¿es la locura ponzoña del alma?, algunos no dirían eso y bien la defenderían "sea una suerte que la locura a menudo acierta, y que la razón y la cordura no podrían dar luz con tal prosperidad". Pero lo cierto es que usted patea su computadora, tira la puerta de su casa al salir, maldice al vecino y empuja a una vieja.  Se sube a su auto, esperando arrollar a algún gusano o morir en el intento. Sortea carros y está tentado a hacer con los transeúntes lo que History Channel le hace a la Historia, pero no ha llegado a esos niveles de crueldad solo la abulia ha sacado lo peor de usted como lo hacen algún imbécil a alguien que simplemente no tiene paciencia.

Lo ha dejado su suerte, como esa mamá abandonó a su hijo Marco para irse a Argentina.

Por el retrovisor del auto ve una camioneta de policía que le sigue de cerca, con las sirenas encendidas y el oficial lleva rostro de pocas amistades. ¿Que hacer ante lo insoslayable, avanzar o detenerse?

Entonces el carro desacelera mientras la calle pasa más lento a nuestro lado hasta que por fin se hace inmóvil. El policía baja de la camioneta y se acerca al auto.

-Apague el motor del auto y sople aquí por favor. 
-Pero, oficial, ¿ese es un pastel de cumpleaños? 
-Es que estoy solito y no tengo amigos

No somos los únicos solos en este planeta... No somos los únicos que cometemos locuras en la soledad.