domingo, 16 de marzo de 2014

Chicas, no nos pregunten si están gordas

-¿Crees que tengo unos "kilitos de más"?- me dijo ella utilizando ese eufemismo barato de "kilitos de más" que esconde la palabra "gorda"
-Para nada - mientras le miento, me acerco y la abrazo pero mis brazos no logran envolverla por completo (necesito como dos brazos más)
-Me estás mintiendo, ¿cierto?

¿Pero qué esperara que le dijera? No solo me veía imposibilitado a declarar que estaba gorda bajo la sutileza de decirle su peso (ese camino estuvo determinado desde que la profesora me jaló en matemática en primaria por no poder saber dónde empezaban las millares y dónde las centenas) sino también porque me encontraba en la necesidad moral (no soy idiota) y biológica (quería seguir con vida) de mentirle. Yo no soy de esos que creen que se puede decir la verdad y no morir en el intento, la mayoría de la gente muere o termina con mucha gente deseándonos la hoguera, la horca, alguna tortura china o deseando que nos casemos un día, por decir verdades tan sencillas. Copérnico una vez dijo que la tierra giraba alrededor del sol (como algunas curas a las alcancías) y no como se creía erróneamente que el sol giraba en torno de la tierra.

Segundos después, la gente quiso hacer hereje a la parrilla.

La Mentira Fuerte… - 
EXCELENTE caricatura de @weil_caricatura - @caricaturasVeLa gente te dice, sin rigor que mentir es descortés y una crueldad para aquellos quienes se fían de nuestra honestidad. Sin embargo, todos concuerdan que lo mejor es mentir cuando una chica le pregunta a uno sobre su peso, inclusive se cree caballeroso y de muy buen gusto faltar a la verdad a pesar de los hechos innegables (porque tamaña mentira es capaz de sonrojar al propio Satanás, mientras Dios se divierte de nuestra comprometedora situación comiendo canchita). La lógica de la persona que miente radica más o menos de esta manera: "Yo no soy ningún idiota, la realidad que me apachurra con toda su fuerza es capaz de romperme los huesos, pero, sin lugar a dudas, la que me va romper al menos una o dos costillas sin ningún tipo de miramiento es la gordita de aquí al frente".

Entonces mentimos.
Pero lo hacemos por la supervivencia (como algún león que se come a algún africano).

La mentira nace como un remedio ante las circunstancias poco favorables que se intentan imponer alevosas y abusivas.La mentira no es, como creen algunos, desfigurar la verdad; en todo caso, es darle una forma conveniente para la realización de nuestros proyectos. Las mentiras más grandes son tan buenas que se confunden con la verdad e inclusive la superan en todos los dividendos siendo más factible que la propia realidad que intentan ocultar.

-¿Eres virgen?
-Sí mi amor, eres el primero.

¿Ves como funciona?
¡¡¡Fenomenal!!!