viernes, 27 de abril de 2012

Hay cosas que son como un boomerang malogrado...

El boomerang se refiere al arma arrojadiza cuya característica es que ,una vez despedido al aire, este regresa a las manos de quien lo arrojó. A pesar de esta característica tan llamativa puede llegar a ser un arma mortal. Al menos, así se lo advirtió mi tío Euristeo, quien recién había regresado de Australia y ahora pasó por nuestra casa a visitar. Su visita nos tomó de improvisto porque ese mismo día habíamos planeado ir a la playa, planes a los que mi tío decidió incluirse gratuitamente.

Mi padre le tenía casi un odio confeso, él había sido el ex-enamorado de mi madre  y su presencia le incomodaba infinitamente. Las veces que mi padre lo terminaba, prácticamente, expectorando de la casa siempre viajaba y al cabo de unos meses regresaba de nuevo. Lamentable que mi padre no podía ser un canalla en estos aspectos, su educación superaba sus ganas de querer ahorcarlo y siempre que regresaba le abría la puerta de la casa.

-Luchito, ¿cómo estás? - la verdad era que a pesar de mi padre, Euristeo lo adoraba
-Me siento completamente igual a la última vez que viniste-  muy, muy,muy, muy a su pesar...

Una vez llegamos a la playa, mi tío decidió sacar el pintoresco souvenir de su último viaje, un boomerang de una sólida madera, bastante puntiaguda...

-Ya, ya, Onán. Vete más allá para tirarte el boomerang - me dijo él, cuando él boomerang no le había volado los dientes y parte de su cara...
-Tío, esto no me parece buena idea. De hecho, no creo que estés muy consciente de cómo funciona un boomerang.
-¡Anda tú no más!

Y me alejé lo suficiente como para que aquella arma no se estrellase contra mi cara. El tío la arrojó, yo intenté cogerlo, pero se escapó entre mis dedos y regresó hacia mi tío.


-¡Euristeo, cuidado!

Inevitable.

Tremendo golpe lo dejó imbécil a él por sufrirlo, a mi por observarlo y a mi padre por pagar los costos médicos. Los doctores hicieron su mejor esfuerzo por poner las partes de su cara en su lugar.

Una vez terminaron de encajar cada una de sus partes estaba listo para visitas familiares. Las cuales eran imposibles porque él era el único miembro vivo de su familia. Fuimos a verlo mi padre y yo. Lo encontramos durmiendo con la mitad de la cara vendada. Nos acercamos evitando hacer el mayor ruido. Mi padre se apoyó un poco sobre la baranda de la cama ortopédica para verlo mejor. La palma de Euristeo se posó sobre la mano de mi padre.

-Te amo, siempre te he amado...- balbuceó anestesiado
-Soy yo, Euristeo... Soy Lucho
-Lo sé, Luchito. Siempre que regreso, no regreso por tu esposa, regreso por ti
-Les voy a dejar privacidad.... dije yo, mientras mi cara se fundía en diferentes colores y abandonaba el lugar- ustedes tienen mucho de qué hablar...

Bastante sorpresivo, la verdad...

Luego del accidente el tío Euristeo se tuvo que acostumbrar a llevar siempre en la cara un inconfundible gesto de pasmado. El boomerang le había agrietado el rostro de tal manera que la cicatriz en su mejilla se asemejaba bastante a una boca abierta en señal de asombro.  Su gesto me recordaba bastante al mío cuando encontré un juego de pac-man hackeado en que en vez del icónico personaje amarillo se encontraba la cara de Shakira y en vez de clásico sonido del personaje al comerse la bolitas la música que se reproducía era la canción "Waka Waka" que cantó la colombiana para el mundial.

Nunca más he podido jugar pac-man con la misma tranquilidad desde entonces... como tampoco he podido volver a descifrar las expresiones de mi tío de nuevo. Para mí, desde ese momento hasta el día de hoy, siempre estará eternamente sorprendido con esa cavidad que lo deforma y lo afea. Pero más confuso estaba el panorama con esa confesión de mi tío.

-Oe, ¿qué fue con el tío? ¿Le dijiste que lo amabas de vuelta?
-¿Qué? ¡No!
-¿Entonces?
-Pues me ha subido el ánimo, tengo 60 años y aún soy atractivo, eh

Esa no había sido mi pregunta, pero al cabo de unos años logré entender lo que había pasado. El amor es como un boomerang malogrado. Una vez que se va, nunca regresa.

No he vuelto a ver a mi tío Euristeo desde esa vez.
Asumo que mi padre le dijo que él no lo quería a él...

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